“Todo el mundo necesita un coach”. Eso señala Bill Gates en una conferencia TED en que subraya la necesidad de recibir retroalimentación sobre nuestro trabajo. En el liderazgo escolar esto es particularmente cierto. Ser director es un trabajo extremadamente demandante y requiere movilizar todas nuestras estrategias personales. Además, muchos de quienes asumimos ese rol hemos sido formados para trabajar con niños y adolescentes, no para liderar y gestionar una organización compleja. Ser director es muy distinto de ser profesor o incluso coordinador.
Quienes hemos sido directores de colegio enfrentamos situaciones muy difíciles: dificultades de los estudiantes (como violencia, problemas de salud mental, inasistencia, etc.), requerimientos de los profesores (mejores condiciones laborales, medidas para enfrentar el agotamiento, resistencia a ciertas iniciativas), exigencias de los apoderados, las denuncias y fiscalizaciones de la superintendencia, entre otros. A pesar de todas estas dificultades, no podemos perdernos: nuestro deber principal es asegurar que los estudiantes aprendan y desarrollen sus potencialidades para poder tener una vida satisfactoria y ser un aporte a la sociedad.
En este contexto, el coaching o acompañamiento es una herramienta poderosa y en educación hay cada día más acuerdo de que es fundamental para el desarrollo de los profesores. En muchos colegios se han implementado sistemas de observación y retroalimentación como una manera de apoyar la formación continua de los docentes. Sin embargo, ¿quién acompaña a los directores?
En nuestro país, la mayoría de los directivos escolares se encuentran muy solos en el ejercicio de sus funciones. Si bien pueden tener el apoyo de su equipo directivo y de su sostenedor, no suelen contar con un sistema de retroalimentación permanente que les permita ir perfeccionando su trabajo. Como señala John Whitmore en su libro Coaching, el método para mejorar el rendimiento de las personas, el coach es un facilitador, un consejero y un catalizador de conciencia. No resuelve los problemas, pero permite ir aprendiendo y reflexionando sobre nuestras acciones.
En Red Directiva creemos que los directores se benefician enormemente de un proceso de acompañamiento sistemático y personalizado, que les ayude a analizar con una mirada externa las decisiones que deben enfrentar. Por eso, trabajamos con un método que incluye visitas y sesiones de trabajo semanales o quincenales para trazar objetivos, identificar la brecha con la situación actual, evaluar las opciones que existen para avanzar hacia el objetivo y luego tomar las decisiones correspondientes para implementar los cambios que el colegio requiere. De esta manera, acompañamos a los directores en cada etapa del camino, facilitando el desarrollo de competencias que les permitan ser efectivos en el ejercicio del liderazgo…. y no morir en el intento.